Carta a una amiga.
Sabes, Me encanta escribir, es en las palabras silenciosas
donde me descubro medio perdido pero muy en mí.
Me decido a escribirte, esta vez mezcla de sueño y anhelos por el simple hecho de escribirte, en momentos
donde me encuentro con el deseo de gritar en silencio, gritar esas sensaciones
que uno va juntando.
Ese encanto que tienen las palabras en la mente que no salen
por los labios, inexplicablemente te pienso como mi confesora, colega y amiga.
Tengo que confesarte que te extraño y me haces falta, me
siento solo a veces y venís a mis pensamientos, parece que quisiera contarte
mil cosas, mientras pasa el tiempo y las guardo para mí.
Te lo voy a decir de una vez, traspasaste las barreras de lo
cotidiano y apareces como un personaje de mis sueños, mi heroína y mi dulce
amiga con las manos y los ojos débiles, y te convertiste en un personaje
maravilloso que actúa en mis cuentos, y en mi vida.
Te cuento que mis
dolores calmaron un poco, aunque se ha vuelto parte de la rutina, vuelve en su
momento, aunque los dolores más profundos se están yendo, despacito, pero se
están yendo.
Mi cuerpo y mi cabeza me están diciendo que los años
pasaron, y dejaron sus marcas, aclaro que me siento más joven que nunca. A mis
recuerdos vuelve ese niño que juntaba hojitas allá en las cosechas de yerba
mate de tierra colorada, esperando oír maravillosas historias de héroes
guaraníes, de las mujeres y niños resistiendo
el ataque de la triple alianza, tampoco ese joven que cumplía los sueños de
casa propia de trabajadores de cuello blanco, quienes ponían en cada ladrillo
un sueño que le vendió la sociedad capitalista.
Creo que cada párrafo que escribo merece una historia, pero
serán tinta de otro papel.
Cuanto de ese niño que jugaba junto a su padre a armar raídos
de 100 kilos de yerba mate para algún
patrón que devolvía unas monedas a cambio para poder comer a la noche, cuanto
de ese joven con las manos marcadas por el frio del agua en el invierno
preparando el material para construir
sueños, otra vez a cambio de unas monedas, cuanto de ellos hay en mi hoy?
Y cuantos errores en el medio amiga, pero de todo se aprende
no?
En un momento mis brazos se marcaron con la fuerza y el fuego
de quien no puede más que cambiar su
tiempo en mercancía, esta vez no iba agachar la cabeza, solo fue el comienzo,
luego conocí el poder que tiene nuestra clase no solo para transformar la
naturaleza, para transformar el mundo, en uno que valga la pena vivir.
Mientras le dedicamos nuestra vida a cambiar el mundo, uno
va armando su vida con sus fortalezas y debilidades, allí te encontré. Armando nuestro
presente y cuanto nos espera.
Pareceré un loco que escribe mareado en el medio de todo,
pero prefiero mantenerme así, de todos ellos aprendí, hoy estoy aprendiendo. Lo
mejor me quedo marcado, y lo malo, ya te lo dije, se está yendo de a poquito,
de a poquito, pero se está yendo…
Algunas cosas serán sueño, otras serán cuentos, otras serán
palabras, pero mi carta quiere mostrarte que ya sos parte profunda de mi vida,
querida amiga.
Espero verte pronto.
Con mi profundo respeto y cariño, tu camarada Ser
me gustan las cartas... muy linda esta.
ResponderEliminar